En este sentido, el exhorto debe entenderse como una forma de colaboración entre autoridades jurisdiccionales (medios de comunicación procesal) y se puede utilizar en cualquier rama del Derecho, Civil, Familiar, Laboral, Penal, etc.

Un acto procesal debe ser voluntario y encontrarse dentro de los límites de la ley. Su propósito es concluir o desenvolver el proceso judicial y puede proceder de las partes, del tribunal de justicia, de los auxiliares de alguno de estos dos o bien de terceros que tengan un vínculo lícito. Los tres elementos que lo conforman son la subjetividad, la objetividad y la actividad. Los exhortos son solicitudes que se llevan a cabo durante un procedimiento judicial. Con esta herramienta, el juez se comunica con otro de su misma jerarquía para pedirle la ejecución de un acto que resulta necesario para su litigio.

Lo que hace el exhorto es pedir una acción que es propia de la función judicial. Puede decirse que el juez remitente necesita que el juez destinatario ejecute un acto procesal, ya que este acto está fuera del ámbito de su jurisdicción. Como el juez destinatario sí tiene competencia sobre esa cuestión, el exhorto permite resolver el inconveniente que enfrentaba el juez remitente.